viernes, 8 de febrero de 2013

ABRE LOS OJOS/VANILLA SKY

     Pocas veces había disfrutado tanto una película como las que menciono, tanto en habla castellana como en inglés. Personalmente me gusta el tema y aunque una es un "cover" de la otra, ambas las valoro de acuerdo a su particular modo de ser creadas.
     Ahora yo diría que es el tema el que realza la película, pues permite que la fantasía de cada quién enriquezca la obra y a su vez el pensamiento de quien la ve, casi en una comunicación íntima con el espectador. 
     La obra es como aquellos libros que pueden ser leídos una y otra vez, siempre vuelve a sorprender con algún nuevo detalle no advertido antes.
     Ahora, en cuanto a la temática misma, los sueños, la utopía de la vida eterna, la irreversibilidad de las decisiones tomadas y su consecuencias, la tecnología aplicada en función de vivir eternemente.
     Muchas veces, tomar la vida a la ligera sin tomar en cuenta el parecer del otro, puede gatillar conflictos internos; conflictos que pueden incluso desencadenar verdaderos dramas, como en el filme, en el cual podemos ver como algunos personajes toman drásticas decisiones, las que incluso comprometan la vida de otras personas.
     En este filme, el desarrollo del tema va de la mano con la confusión mental en que cae el sobreviviente luego del accidente, David  Aames.
     El personaje, un joven y único  heredero de cuantiosa fortuna  amasada por su padre ya muerto, y acostumbrado a llevar una vida en función de su propia recreación, incluyendo la administración de sus empresas, debe lidiar con  un rostro completamente desfigurado y un alma socavada en una realidad confusa, en la que, además es acusado del crimen de una persona.
     La película, en su argumento plantea la posibilidad del suicidio en aquella realidad vivida por el protagonista como la única salida plausible para despertar del sueño en que estaba sumido y el cual se había transformado una creciente y temible pesadilla.
     La tecnología del momento (y el dinero que permitiría acceder a ella), podía transformar la inminente muerte de lanzarse de la azotea de un edificio, en un nuevo despertar y abrir los ojos a otra vida.